Vol. 28 Núm. 300 (2023)
Genética y Deporte
Muchos educadores físicos y entrenadores adjudican una enorme relevancia a la genética, debido a que el componente hereditario influye en muchos rasgos físicos que determinan la capacidad atlética de las personas, como la fuerza, el tipo de fibra muscular, la capacidad aeróbica, la altura y la flexibilidad. Sin embargo, también hay factores contextuales que juegan un papel importante en el desarrollo del potencial deportivo, como el entrenamiento, la dieta, la motivación y el equipamiento.
La genética también puede ayudar a optimizar el rendimiento, aportando al desarrollo de un práctica deportiva segura, al evaluar el riesgo de una enfermedad hereditaria asociada a la muerte súbita en deportistas. Para ello, existen diferentes tipos de test especializados que estudian diferentes aspectos del perfil genético de cada persona y pueden orientar sobre las pautas más adecuadas para cada caso.
Pero a la vez, ante los avances en estos estudios, el riesgo que se vislumbra, es que al amparo de los criterios de Gattaca, se constituya en todos los estratos del deporte un sistema de discriminación y exclusión que impida en el futuro la participación de deportistas como Messi (baja altura), Pelé (pie plano), Michael Phelps, Mireia Belmonte, Mo Farah, Dennis Rodman (asmáticos), y muchos más, que si bien no fueron beneficiados por la lotería genética, a costa de esfuerzo, perseverancia, apoyo familiar y de su comunidad y de otros incentivos, lograron expresar su talento a pesar de las limitaciones corporales y orgánicas. En definitiva, la genética no determina por sí sola un fenómeno tan complejo como el rendimiento deportivo, sino que interactúa con el ambiente para crear una gran variedad de resultados posibles.
Tulio Guterman - Director, Mayo de 2023