Vol. 23 Núm. 240 (2018)
Concebimos a la educación como un derecho humano universal. Sin embargo su ejercicio pleno aún está plagado de obstáculos y excusas que se aplican desde los sectores de poder: materiales, sociales y culturales.
En este sentido se ejerce la coacción, la violencia simbólica, las amenazas, que solo buscan el sometimiento y el disciplinamiento de las personas, que por lo general se despliega sobre sectores que se perciben como más débiles: mujeres, población asalariada y marginada, minorías étnicas y religiosas.
Escuchar, dialogar, compartir, cooperar, son palabras acordes al sentido de una educación que intenta, en términos de Michel Foucault, que Cada individuo debe llevar su vida de tal forma que los demás puedan respetarla y admirarla. Es sin duda en esa dirección el camino que tenemos que seguir recorriendo.
Tulio Guterman, Director - Mayo de 2018